La directora general del INBA, Teresa Vicencio Álvarez, rememora al artista tamaulipeco.
· Reyes Meza falleció este lunes 31 de octubre en la Ciudad de México.
· Considera el último de los grandes muralistas mexicanos.
La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Teresa Vicencio Álvarez, se une al pesar de la comunidad artística por el fallecimiento del maestro José Reyes Meza, considerado uno de los baluartes de la plástica tamaulipeca y el último de los muralistas del nacionalismo mexicano.
Pintor y muralista que con su arte tejió un universo vibrante y activo, Reyes Meza falleció este lunes 31 de octubre a la edad de 87 años en la Ciudad de México.
“Desde su natal Tampico, Reyes Meza supo crear un arte que traspasó los límites geográficos y se insertó como uno de los impulsores del Muralismo Mexicano, junto a Siqueiros, Rivera y Alfaro Siqueiros, en una época en que el país requería del talento de todos sus creadores”, expresó Vicencio Álvarez.
Consideró la funcionaria que Reyes Meza “abrevó de los grandes pensadores universales e hizo suya la antigua tradición popular mexicana para crear un arte que diera forma a un nuevo tipo de humanismo, más contemporáneo, y así dar paso a lo que consideraba necesario una etapa de renovación. Todo ello lo pasmó en su numerosa obra de caballete, además de sus valiosas aportaciones al movimiento muralístico mexicano”.
Originario de Tampico, Tamaulipas (1924), José Reyes Meza realizó estudios en su estado natal y luego, a la edad de 14 años, ingresó en la Academia Nacional de Artes Plásticas de San Carlos. En 1942 formó parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia y ahí fundó, al lado de Xavier Rojas, el Teatro Estudiantil Autónomo.
El INBA lo acogió en su seno y ahí trabajó como escenógrafo, además de desempeñarse como miembro del Consejo Técnico y Artístico de la Danza. En 1957, por su trabajo en la obra Bodas de sangre, de García Lorca, obtuvo el reconocimiento de la Agrupación de Críticos como el escenógrafo del año.
Fue miembro fundador del Salón de la Plástica Mexicana del INBA y desde muy temprano exhibió su obra en museos y galerías de México y el extranjero. Piezas suyas pertenecen a las colecciones del Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec, Museo de Arte Moderno, Museo de Arte Moderno de Phoenix y del Smithsonian Institution de Washington. También se encuentra en los acervos de Senado de la República, el Instituto Politécnico Nacional, de las secretarías de Comunicaciones y Transportes y de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
De su obra muralística destacan sus frescos en el Casino de la Selva de Cuernavaca, Morelos; el mural tallado en la montaña que decora la presa Raudales de Malpaso en Chiapas; los murales en mosaico que decoran la fachada del Pan American National Bank de Los Ángeles, California; el mural en el edificio del Registro Público de la Propiedad en el D.F. y dos murales para la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT): en la Facultad de Veterinaria, en Ciudad Victoria, y el Edificio Administrativo de Tampico.
Reyes Meza plasmó su ideario en los libros Signos sagrados, en el que desenhebra el pensamiento de Platón y la concordancia estético-científico-filosófica de Leonardo da Vinci, y El círculo mágico y el alma del mundo: Platón-Leonardo da Vinci.
En junio de 2008, en la conmemoración de los 160 años de la fundación de Nuevo Laredo, se le rindió un homenaje al poner su nombre al primer museo de arte de la ciudad, ubicado en el Centro Cultural Nuevo Laredo.
En alguna ocasión, el dramaturgo Emilio Carballido se refirió a Reyes Meza como un maestro de la composición y del dibujo: “Su color es certero y se ha vuelto agresivo a veces. Pero nunca lo abandona un lirismo profundo que es muy suyo, ese amor a las cosas, ese deleite del paisaje con agua y nubes, o ese acabado moroso y amoroso de la figura humana.
“Tiene el talento para murales gigantescos. Ha realizado algunos de los más colosales que existen en México. Y para el paisaje pequeño, la naturaleza muerta breve: siempre la respiración justa, el sentido de proporción, el deleite de la buena pintura que no tiene época ni moda y que brota de sus manos como su acto vital más significativo y duradero. Y lo digo a pesar de sus hijas, de sus libros: Reyes Meza se ha tejido un universo vibrante y activo y ese universo de su arte lo teje a él, lo envuelve y lo vivifica: eso nos da, eso recibe”.
Para ver mas sobre sus maravillosas pinturas visitar:
FUENTE INBA